Título:
Historias en
Es fácil mentir cuando se está detrás de una
pantalla, sólo hay que decir lo que la otra persona quiere escuchar.
Cuando
un corazón solitario y triste, encuentra alguien que le dice bellas
palabras, esas que está deseando escuchar, cuando alguien desde el otro
lado de la pantalla te habla dulcemente, llega a conseguir que poco a poco
vayas confiándote, te encariñas con sus palabras, hacen latir
más deprisa tu corazón, total no cuesta nada hablar de amor,
escribir hermosas palabras.
Poco a poco vas entregando tu corazón a esa persona que
está detrás del ordenador, no la puedes ver, pero sí la
puedes contemplar con los ojos de tu corazón, tu imaginación se
pone a trabajar, lo conviertes en la persona ideal, es tanto lo que tienes que
dar, que cuando de repente empiezan a deslizarse esas maravillosas frases
escritas en una pantalla, sólo puedes ver lo que esa persona te quiere
hacer creer.
Poco a poco te va llevando a su terreno, con dulces, lentas, suaves
letras escritas, que en tu corazón suenan a dulces melodías de
amor.
Están
solos los dos, no existe nadie más, poco a poco se vuelve más
intenso y casi sin darte cuenta te encuentras abriendo tu corazón,
dejándote llevar por esa mano maestra que te lleva hasta el lugar al que
jamás pensaste que podrías llegar.
Sueñas con la hora en la que en tu pantalla su nombre se
enciende, tú corazón comienza a latir apresuradamente, y ya no
escuchas nada más, solo puedes ver a través de tu mirada que
traspasa la pantalla, ahí está, y nuevamente te dejas envolver
por sus palabras, sus mentiras crecen cada día un poco más, ahora
ya no hay límites para los sentimientos que brotan a borbotones de tu
corazón.
Hasta que de repente un día, ese nombre que tanto esperas ver
aparecer en tu pantalla, no se conecta, esperas una hora y otra más, y
cuando comprendes que no va a aparecer empiezas a preguntarte
¿qué pasará?, no sabes qué pensar, te haces mil
preguntas y no encuentras contestación.
Es el final, no hay explicación, tan solo unas palabras en un
correo y todo se acabó, no preguntes, no hay
nada que decir, simplemente fue un juego y ya se terminó, intentas que
te hable, pero tan sólo obtienes indiferencia por contestación,
ni una palabra, ni un adiós, simplemente terminó.
Ahora
hay que buscar otra victima, otra alma solitaria más, nuevamente
comenzarán las palabras de amor, las mentiras, pero que más da,
su ego aumenta día a día, el resto que más da, al otro
lado de la pantalla tan sólo hay un nombre no tiene corazón, no puede
sufrir, es sólo un juego, son tan sólo historias en la red.
Una
verdad muy cierta, poned atención a este escrito y no os
ilusionéis.
Besos.
23:10 09/03/2005